Antisociales ingresaron esta madrugada a la
Parroquia Espíritu Santo de Iquique, más conocida por la ciudadanía como “El
Campanario”, destruyendo las cuatro principales imágenes religiosas del templo.
El hecho quedó al
descubierto esta mañana, cuando el sacristán, observó que las figuras de San
Antonio, la beata Laura Vicuña, la Virgen María y el Señor crucificado, estaban
destruidos en el suelo.
De inmediato el
lamentable suceso fue informado al párroco Franklin Luza Zañartu, quien por
encontrarse fuera de la ciudad, instruyó al diácono permanente de la Diócesis
de Iquique, Hugo Iriarte, para que recabara mayores antecedentes del ataque.
En el sitio del
suceso trabajaron efectivos de Carabineros de la Sección Investigadora Policial
(SIP), OS9 y Labocar.
Declaración
Oficial del Obispado de Iquique
El Obispado de Iquique, ante los hechos
ocurridos la madrugada de este martes en la Parroquia Espíritu Santo, informa a
los medios de comunicación y a la opinión pública, que:
Al conocer estos hechos, el Arzobispo de
Antofagasta y Administrador Apostólico de Iquique, monseñor Pablo Lizama Riquelme, manifestó que “vivimos en una
sociedad que es capaz de revelarse de los valores más preciados que tienen las
personas, que es su vida espiritual. Los cristianos, a lo largo de toda la
historia, hemos tenido ataques a la Iglesia y a nuestros signos sagrados”.
Lizama subrayó que “éstos hechos perversos
nos hacen ser más fieles a nuestra fe y a lo que representan las imágenes,
especialmente la de la Virgen María para nosotros”.
El Administrador
Apostólico de Iquique concluyó que “buscaremos a los responsables, no por
venganza, sino para saber qué motiva éstos penosos hechos”.
En tanto, el diácono permanente de la
Diócesis de Iquique, Hugo Iriarte Contreras, se dio cita en la Parroquia
Espíritu Santo, para conocer los detalles de los hechos ocurridos la madrugada
de este martes.
Iriarte expresó que “lo sucedido es algo que
nos conmociona. Lamentamos este hecho por el significado que tienen las
imágenes para los devotos, teniendo en claro que a través de ellas nos
relacionamos con el Señor”.
“Violentaron las puertas del templo,
destruyendo solamente las imágenes sin llevarse objetos de valor”, relató.
El diácono enfatizó que “se pueden destruir
las imágenes, como en este caso, pero la fe se mantiene intacta y ha de
fortalecerse profundamente”.
“Estamos invitados a orar por ellos, por los
que cometieron estos actos para que el Señor les regale paz y luz”, puntualizó
Iriarte.
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