Por:
Camila Castillo Guerrero, Directora Regional INJUV
Nuestra identidad iquiqueña se entrecruza con
las historias de mar, en estas fechas en las que se celebra a San Pedro y San
Pablo hay una invitación a reflexionar
sobre la vocación, los oficios y la búsqueda de oportunidades para los
jóvenes.
Sabemos que parte de la identidad iquiqueña
está profundamente marcada por la explotación del mar, el olor a dólar que se
asocia a la producción de harina pescado fue un tiempo donde se vio una ciudad
prospera. Sin embargo, esa industrialización fue dejando de lado un oficio que
se ha negado a morir: El de pescador artesanal.
Los pescadores artesanales han mantendio su
legado en dos caletas, Cavancha y Riquelme; cada cual, aportando su propio
sentido de identidad y con demandas por mejoras que se han ido conformando como
parte de una oferta gastronómica, turística, en la que cada día vemos menos
jóvenes.
Sin lugar a dudas, la pesca artesanal ha
estado presente en la historia del desarrollo de Iquique, y de alguna manera no
hemos estado atentos a recoger esa identidad y esa historia para dar y abrir
espacios de oportunidades a nuevas generaciones.
Sabemos que las familias buscan un mejor
pasar a sus hijos, un mejor estado de bienestar e incentivan el estudio. De esa
misma manera, hay jóvenes que si han buscado la forma de volver al mar y que
hoy están aportando desde lo profesional, buscando financiamiento a proyectos
acuicolas.
Así mismo, como ciudad como sociedad
debiesemos mirar generosamente cómo abrimos espacios desde lo educacional desde
la Política Pública para que los jóvenes vean un oficio como el de pescador
artesanal como una oportunidad y no desde la precariedad o la pobreza.
#Iquique
No hay comentarios.:
Publicar un comentario